¿Qué necesitan los niños de los adultos en esta pandemia?

La situación actual por la que el mundo entero está atravesando es conocida y actualizada cada día en todos los medios. Ya todos sabemos que estamos en una crisis mundial y no sabemos hasta cuando y de qué manera nos va a repercutir en el tiempo cercano a cada uno de nosotros.

Nuestros niños, nuestros adolescentes… ¿Qué sienten? ¿Cómo lo manejan? ¿Qué necesitan de nosotros?

¿QUÉ PASA CON SU INFANCIA?

Desde mi mirada profesional, quisiera poner el foco en dos pensamientos:

1.- ¿Cómo manejamos los padres y los profesores, el miedo en nuestra vida? ¿Cómo convivimos con ello? ¿Dónde está nuestra preocupación ahora? ¿Que nivel de angustia y/o precariedad va a suponer esta pandemia? ¿Tenemos recursos, trabajo, salud, apoyos o hay varios de estos factores que ahora están amenazados?

¿Cómo afrontamos la adversidad en nuestra vida antes de la pandemia y ahora?

¿Qué hacemos ante la angustia o la preocupación? Somos conscientes pero ¿Podemos contenernos a nosotros mismos? ¿Trasmitimos todo a nuestros hijos sin darnos cuenta? Les hacemos convivir con las noticias de los fallecidos, de la falta de trabajo, de su futuro incierto…

Los niños: no pueden sostener este nivel de los mayores, de los padres. No pueden escuchar cosas que no son capaces de gestionar en cada edad.

No pueden convivir con el sufrimiento y la impotencia de sus mayores.

Ellos necesitan energía, vitalidad de su entorno próximo para llenar sus mentes y abrir sus corazones al conocimiento, al aprendizaje, al entorno. Pedimos a nuestros hijos que estudien, que sigan haciendo lo que toca cuando su mundo está desmoronado e incierto, como si no les afectara, como si no resonaran las sombras y el miedo que están en muchas familias.

Y ante esto ¿Cómo podemos ayudarles?

2.- Estando PRESENTES, es decir emocionalmente presentes. CONECTADOS con ellos.

Esta crisis es sanitaria, social, de todo el sistema, pero también es una crisis emocional en la que no nos imaginábamos inmersos.

Hay muchas familias, muchos adultos, muchos padres y madres que están mucho tiempo, quizás más que nunca, con sus hijos ahora en casa, pero eso no significa que estén más cercanos y conectados. En muchas ocasiones hay tanta preocupación y tanta incertidumbre que no podemos sino estar en nuestros problemas y nuestros hijos viven como satélites alrededor nuestro sin darnos cuenta de que se van apagando. Como si no recibieran el calor del sol que somos los padres y madres para ellos.

Tienen miedo, y no lo saben, están angustiados y no les ofrecemos fuerza, estructura, presencia, amor, calidez, compañía, contacto…

¿Qué necesitan nuestros niños de los adultos? Presencia conectada, presencia que se sienta, que los veamos, les miremos, les atendamos, les demos el lugar de niños.Y así, nuestra incertidumbre no les dañará. Porque se sentirán protegidos y podrán seguir evolucionando, como es nuestro deseo y nuestra necesidad.

Esto no es una crisis sanitaria solamente.Es una crisis de toda la comunidad, y nuestros niños, son los más vulnerables, porque ahora, hoy, estamos escribiendo su futuro.

Me gustaría hacer un llamamiento a los adultos en general para estar más pendientes de los niños y adolescentes, en este tiempo incierto, en el que nos necesitan más que nunca.

¡PROTEJAMOS LA INFANCIA!

Irune Inchaustegui

Pedagoga y psicoterapeuta familiar